ZACARÍAS
Delirios teocráticos y amenazas de exterminio a los rebeldes
1,2 Acaso la irritación sea impropia de un dios, si bien puede ser adecuada para una fabulación teocrática[1].
2,10ó14 Yahvé le dice a Jerusalén “llegaré y habitaré en medio de ti”, aun cuando el dios de la muchedumbre dijera “en medio de Israel estoy yo” (Joe.2,27)[2].
3,1 Tan cerca puede estar Satán de Yahvé que llega a situarse “a su diestra”, lugar que precisamente a la vez ocuparía el presunto mesías. En fin, acaso no sea éste en absoluto otro versículo antimesiánico.
Sin embargo, en otro lugar el profeta le dice a su dios “muy limpio eres tú de ojos para contemplar el mal” (Hab.1,13).
3,5 Aquí el ángel de Yahvé limpia de iniquidad al sacerdote, en lo que parece ser una escena propia de un culto politeísta; de hecho, hasta el punto que el ángel de Yahvé tiene potestad para perdonar los pecados.
3,8 Ahora el nombre del mesías, caro al profeta Zacarías, se dice que será ‘Germen’, y no ‘Jesús’, como tampoco ‘Emmanuel’ (Is.8,8), ni ‘Yahvé, justicia nuestra’ (Jer.33,16), ni ‘Zorobabel’ (Ag.2,24ó25).
Recuérdese, como de paso, que fue Yahvé quien dijo “fuera de mi no hay salvador” (Is.43,11-12 y Os.13,4).
3,9 Dice Yahvé de la piedra “labraré yo mismo su escultura”, a pesar de la prohibición de tallar piedra alguna (Éx.20,25) y de lo expresado en el segundo mandamiento (Éx.20,4)[3].
6,12-13 Aquí ‘Gérmen’, es decir, el mesías redentor, es el sacerdote Josué, a quien se le unge con la corona (6,11) del cristo salvador que ejecutará los designios del dios del rebaño. Asimismo, dice el dios que Josué-Germen “edificará el templo de Yahvé”, aun cuando en 4,9 dijo que esto mismo lo efectuaría Zorobabel. Al parecer, todo el embrollo surgió debido al prurito del escriba, deseoso de contentar a sus afines y allegados de la decadente corte teocrática. ¡Sálvese quien pueda!
8,17 Prescribe Yahvé a su grey “no maquinar nadie en su corazón el mal de su prójimo ni jurar en falso”, a pesar de que tal vez antes debería cumplirlo el propio dios, “pues yo había lanzado los hombres unos contra otros” (8,10), según admitió más arriba[4].
9,4-7 Yahvé pretende devastar Filistina, Tiro, Sidón y Ascalón, mientras, por otro lado, prescribe a su rebaño “no oprimáis (…) al extranjero” (7,10)[5].
9,9-10 Ciertamente era más fácil entrar “montado en un asno, en un pollino hijo de asna”, que extirpar “los carros de Efraím y los caballos de Jerusalén”; de hecho, aquella entrada rupestre era también más hacedera que romper “el arco de guerra” y establecer “de mar a mar su señorío y desde el río hasta los confines de la tierra”. Sin embargo, no lo duden, bíblicos de todo jaez: el galileo martiriócrata lo acabará por cumplir prontamente.
12,1 El sentido del último hemistiquio parece ser el opuesto al piadoso, pues el dios no “forma el aliento del hombre dentro de él”, sino que en todo caso ‘da forma de hombre alrededor del aliento’, por ser el alma causa del cuerpo, y no al revés[6].
13,3-4 Yahvé, el dios agropecuario, advierte que tras el día de la ira no habrán ya más profetas, “y cuando alguno se ponga a profetizar, le dirán su padre y su madre (…): No vivirás, porque has hablado mentira en nombre de Yahvé[7]; y el padre y la madre (…), le traspasarán cuando se ponga a hablar a lo profeta[8]. Aquel día se avergonzarán de sus visiones, de cuando se las daban de profeta, y no se vestirán más (…) para mentir”, a pesar de que en otro lugar dijo “después de esto derramaré mi espíritu sobre toda carne y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas (…), y vuestros mozos tendrán visiones” (Am.2,28 ó 3,1). Así pues, entre una cosa y otra, y a tenor de esto último, tal vez todos deberían ser exterminados por falsos profetas.
14,5 La sentencia “y vendrá entonces Yahvé, mi Dios, y con Él todos sus santos” acaso resulte propia de un culto politeísta.
14,9 Advertir que “reinará Yahvé sobre la tierra toda” implica inferir que en el presente no reina, lo cual es una impiedad, porque el auténtico dios no sólo reina, sino que dispone y prerroga las leyes propias de la realeza.
MALAQUÍAS
1,3 El dios de la muchedumbre asegura “he detestado a Esaú”, aun cuando a Yahvé se le dijo “amas todo cuanto existe y nada aborreces de cuanto has hecho” (Sab.11,25)[9].
1,11 Aquí Yahvé exige sacrificios humeantes, pero en otro lugar se jactaba tal que “¿a mi qué, toda la muchedumbre de vuestros sacrificios” (Is.1,11-16), mientras que en Sal.40(Vg39),7 se le dijo con orgullo “no te complaces tú (Yahvé) en el sacrificio y la ofrenda; (…) no pides ni holocausto ni sacrificio expiatorio”.
3,9-10 Debían ser malos tiempos para la oligarquía sacerdotal, por cierto, a la cual pertenecían la mayoría de los autores de los Textos.
3,10-11 Esta es una directa amenaza, aun no ser Yahvé “como un hombre que se mueve con amenazas” (Jt.8,16). Sin embargo, la confusión entre hombre y dios estaba a punto de llegar, y con ello, la anécdota sería encumbrada a categoría, la patochada se haría ley, y el cadáver sería adorado como antaño se adoraba a los dioses inmortales[10].
[1] Véase 1,12y15.
[2] Ver enmienda correspondiente y 8,3.
[3] No obstante, véase 4,9 y 6,12-13.
[4] Por ende, acuérdese del voto incumplido “juro yo no enojarme contra ti ni amenazarte” (Is.54,9). Asimismo, véase Am.3,6 y enmienda y 14,2, y aplíquese a sendos pasajes la presente enmienda.
[5] Ver 12,6.
[6] En el mismo sentido véase Ecl.11,5/ Ecl.12,6 y Sab.8,20.
[7] Véase enmienda relativa a Dt.5,11 respecto al tercer mandamiento.
[8] Ver Jn.19,34y37.
[9] Por ende, véase 1,10.
[10] La composición de las enmiendas relativas al Antiguo Contrato se finalizaron en manuscrito a fecha de 27-3-2005, y fueron imprimidas a fecha de 4-8-2006.
Fuente: Inquisición a la Biblia, Marco Pagano (Editorial Caduceo 2006) https://creatumejortu.com/tag/inquisicion-a-la-biblia
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