El Fiat Abarth 500 es un coche pequeño, bonito y muy potente ya que además es muy poco pesado. Cuando pisas el acelerador salen truenos del tubo de escape, el coche sale disparado y tienes que moderar las ganas de darle gas a cada momento, pues en muy poco tiempo te puedes ver surcando el asfalto a 200 km/hr con el peligro que ello conlleva.
En cuanto a manejabilidad, el Abarth 500 es un coche que parece ir pegado al suelo, como si unas guías de scalextric guiaran el camino. Sin embargo, con unas llantas de 17 pulgadas y pneumáticos de perfil bajo, sufriremos cualquier bache o resalto, así que deberemos ser cuidadosos en este sentido cuando lo conduzcamos. La dirección, por su parte, es ágil y agradable, aunque se torna bastante dura con el modo sport activo, cosa que no me ha gustado: en realidad he notado una conducción mucho más deportiva con el modo por defecto que con el modo sport.
Desafortunadamente el Fiat Abarth 500 que probé no tenía cambio manual, y cada vez que quieras dar marcha atrás o poner el punto muerto tendrás que mover tu mano derecha y acertar con el dedo a un botón dispuesto en el panel a tal efecto. Para mí resulta algo ridículo este sistema, y me parece más manual tener que mover la mano al comando de botones (mirando de no fallar al pulsar el botón), que a la postre funciona conjuntamente con el pedal de freno (que hace de embrague), que no el supuesto cambio ‘manual’, que resulta más automático ya que siempre podemos tener la mano sobre la bola de cambios y realizar los cambios sin mover la mano de lugar, ni tener que acertar ningún botón apartando la vista de la carretera. En este sentido el cambio automático es una involución en la tecnología automovilística, y sólo se vería justificado en casos de suma torpeza al volante o incapacidad física para el desarrolo de la conducción.
Otro aspecto negativo es la electrónica de este auto, que en pos de la modernidad se torna excesiva, hasta el punto de que no podremos arrancar el coche y salir rápidamente, sino que nos veremos obligados a esperar a que el sistema electrónico revise las luces, el nivel de aceite, los retrovisores, la gasolina, etc… lo cual puede demorarse casi 10 segundos: ¡absolutamente ridículo! En caso que tengamos que sacar el auto de un lugar con urgencia, lo pasaremos realmente mal y nos arrepentiremos de haber incorporado al coche estos supuestos avances técnicos.
La tapicería es de calidad, deportiva pero cómoda al mismo tiempo, siendo el volante uno de los más ergonómicos y agradables al tacto que he probado, no obstante la posición de los comandos como los botones de cambio o los elevalunas eléctricos son realmente fastidiosos.
En definitiva el Abarth es un coche bonito, potente, fardón y moderno, muy moderno, y por esto último debo decir que no me gusta. Prefiero los coches bonitos y potentes, pero además eficaces y sobrios, que aguanten el paso del tiempo sin provocar alguna que otra carcajada, sin que les falte pero tampoco les sobren recursos; y a este coche hay un buen puñado de prestaciones, muy modernas, que sencillamente le sobran.
Visitas: 95
Dejar una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.