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Astronomía y Paranormalia, Paganismo y Tradiciones

TIERRA CÓNCAVA VI: LA IMPOSIBLE TIERRA PLANA

EN 14 IMPOSIBILIDADES

1. HAY INDIVIDUOS CONVENCIDOS DE QUE LA TIERRA ES PLANA

Aunque parezca imposible hay individuos, compartiendo nuestra misma realidad, convencidos de que la Tierra es plana, como una pizza crujiente con bordes de hielo delimitando el agua y los continentes… No obstante, ¿por qué un horizonte plano debe implicar que toda la superficie terrestre sea plana?: y es que como sabemos por múltiples experimentos, la luz no viaja en línea recta en grandes distancias, por lo tanto, lo único que de verdad sí podemos saber es una cosa: de ninguna manera podemos ver la forma real del Cielo y de la Tierra, o dicho al revés, precisamente como vemos la Tierra con nuestros ojos seguro que no es, debido a las múltiples refracciones y doblamientos de la luz, en largas distancias. Así que podemos afirmar con seguridad que la Tierra tiene otra forma, otra distinta a la aparente.

De hecho, aunque el horizonte se viera convexo o cóncavo, tampoco ello por sí mismo sería prueba definitiva de la forma real de la Tierra y el Cielo, ya que es fácil confundir el límite focal de la luz solar con el límite físico de la Tierra, aunque ésta se extienda más allá del horizonte focal de luz, que no podemos ver.

Sea como fuere, de entre las muchas imposibilidades para que el modelo terraplanista funcione, destacaré las 14 que me parecen decisivas, siendo cada una de ellas suficiente para destruirlo, el modelo pues será destruido no sólo 1 sino 14 veces:

2. EL HORIZONTE NATURAL DEL DÍA Y LA NOCHE

Al observar el modelo de Tierra plana lo primero que uno advierte es la incongruencia del día y la noche… Si el Sol funcionara como un foco de luz directa, sobre la superficie plana de la Tierra, el horizonte de luz formaría una circunferencia o elipsis, como cabría esperar de una luz focal, y no una línea recta, como se ven obligados a representar para mantener cierta correspondencia con los horarios reales.

Como podemos ver en esta representación, la luz solar debería tomar una forma antinatural, en el modelo terraplanista, para coincidir con los husos horarios que experimentamos

Así pues, el propio Día y la propia Noche, desmienten y exterminan el fantasioso modelo de Tierra plana, que se ve forzado a recurrir a efectos ópticos desconocidos, excepcionales, debido a una forma de la cúpula desconocida, con diversos ángulos y refracciones aún por descubrir, y una serie de artimañanas conceptuales que sólo desacreditan a quien hace uso de ellas.

Estas intrincadas formas debería tomar el foco de luz solar durante el año, en el modelo terraplanista, con tal de coincidir con los husos horarios que experimentamos: imposible

3. EL ORIGEN DE LA PRESIÓN ATMOSFÉRICA O ‘GRAVEDAD’

Y es que de dónde proviene la presión atmosférica (gravedad) para que las cosas permanezcan en su sitio, con cierto peso, tal y como experimentamos, es algo que no aciertan a explicar, más allá del peso de cada cual y su densidad (no les importa que ello varíe según la altitud); pero lo que sí tienen muy claro es que el agua jamás puede adoptar forma esférica, y ello por más que vemos a los líquidos tomar forma esférica o de gotas, muy fácilmente, debido a tensiones, frecuencias y presiones, totalmente naturales pero que, al parecer, escapan a la comprensión de los terraplanistas.

Siendo el agua marina un buen conductor eléctrico y diamagnético, es muy probable que las grandes masas de agua de la Tierra se vean afectadas, en gran medida, por la propia presión atmosférica y el movimiento de rotación de la esfera celeste, que se mueve y vibra en todo momento, desde el centro del cosmos hacia el exterior del mismo (Tierra), con una presión 0 en el centro y máxima (9,8 m/s2) en los bordes, y estabilizada por infinidad de cavidades en los polos terráqueos.

Porque es muy lógico y natural que el agua adopte una forma esférica: la propia rotación del cielo crea la presión connatural para que adopte tal forma no sólo el agua, sino toda la materia que se solidificó y se detuvo al alejarse del centro, después de salir despedida en la explosión original.

Debido a la propia rotación de la Esfera Celeste, se generan dos fuerzas magnéticas o etéricas: una fuerza de flujo (presión), mayor cuanto más próxima a la superficie, y otra fuerza de reflujo (levitación), que es tenue en la superficie y es mayor cuanto más se aleja de ésta. En el centro del Cielo la fuerza de presión es 0 y la fuerza de levitación ∞

4. LA ROTACIÓN DE LAS ESTRELLAS DEL POLO SUR

La natural curvatura de la luz nos permite divisar las estrellas del polo Sur (la constelación de Octante con Sigma Octantis), aun hallándonos por encima de la línea ecuatorial, y la estrella del polo Norte (Polaris) incluso si nos situamos por debajo del Ecuador terrestre: hasta 20º por encima y por debajo de la línea ecuatorial.

Ello es así, según dicen los heliocentristas, gracias a la refracción atmosférica de la luz; sin embargo, la refracción lumínica en el aire llega a ser de como máximo 1,000293º , lo cual no habilita la visión de las estrellas polares 20º por debajo del ecuador, de ninguna de las maneras. Se necesita una verdadera curvatura de la luz, no sirve una mera refracción atmosférica, que como vemos es insuficiente para alcanzar a ver las estrellas polares 20º por debajo del ecuador.

Esta incongruencia física conduce a muchos terraplanistas a considerar una Tierra plana, puesto que el modelo heliocéntrico también alberga varias imposibilidades o conundros; sin embargo, en este caso debe tenerse muy en cuenta la curvatura natural de la luz, que permite la visión de las estrellas polares por debajo del ecuador, lo cual sería imposible en un modelo heliocéntrico.

Lo que sí es totalmente imposible, en una Tierra plana, es la visión de Sigma Octantis (la estrella más cercana del polo Sur) rotando sobre su eje, pues obviamente la cruz del Sur o la constelación Octante gira sobre su eje sin cesar, y por más que lo ruege un terraplanista, no podemos obviar la rotación del Octante sobre su eje, un mínimo de seriedad porfavor. Así es que no hay justificación alguna para este fenómeno y ello imposibilita la existencia de una Tierra plana.

Y es que las estrellas polares del Norte y del Sur rotan en sentidos contrarios, en apariencia del observador, lo cual es una evidencia de la esfericidad de la Tierra ya que, en una Tierra plana, sin polos, todas las estrellas se verían rotar hacia una misma dirección, desde todos los puntos de la Tierra: ello por supuesto no sucede porque la Tierra (y el Cielo) son esféricos.

Como es lógico y natural, en un sistema heliocéntrico deberían haber grandes grupos de estrellas que, debido al movimiento de traslación, no podrían divisarse durante el invierno, en las mismas coordenadas en que sí serían visibles en las noches de verano. Sin embargo, ello no sucede y prueba los múltiples errores del modelo heliocéntrico, que tampoco se sostiene

5. EL SOL ANTÁRTICO DE MEDIA NOCHE

A finales de diciembre los habitantes cercanos al polo Sur pueden observar el Sol circular durante toda la noche, sin ponerse tras el horizonte. Ello, en una Tierra plana sería absolutamente imposible, ya que el Sol nunca llegaría a iluminar el diámetro exterior de la circunferencia, y en un lugar u otro de la hemisferio Sur habría noche cerrada.

En cambio, lo que sí demuestra el Sol de media noche es la esfericidad de la Tierra, también en el polo Sur, de forma que durante los días próximos al 23 de Diciembre el Sol recorre la parte baja de la esfera celeste, acercándose al polo Sur e iluminando toda su área durante toda la rotación, sin ponerse ni siquiera durante la media noche.

Por lo tanto de nuevo el modelo de Tierra plana, y esta vez por el Sol de media noche, queda totalmente destruido y deshabilitado. Igualmente vamos a continuar con la lista de imposibilidades, para que la destrucción de este modelo utópico sea ya rotunda e irreversible.

6. LA PUESTA DE SOL Y DE LUNA ‘POR DEBAJO’ DEL HORIZONTE

En un modelo congruente de Tierra plana (sin aludir al cajón de sastre de los ‘hologramas‘ o la ‘magia’), el Sol sería visible las 24 horas, por muy lejos que estuviese de nuestra latitud, ya que el horizonte siempre quedaría por debajo del Sol, si éste estuviera a la altura de 4.800 km que aducen los propios terraplanistas.

Ellos aluden a la perspectiva, sin embargo, por mucha perspectiva que se quiera tener en cuenta, el Sol debería pasar por debajo de la superficie plana de la Tierra, para así tener el efecto de salida y puesta de Sol y de Luna que vemos todos los días. De nuevo un análisis lógico de nuestro alrededor, y de las leyes naturales de la física, destruyen el imposible modelo terraplanista.

El radio de visión del horizonte viene determinado por la curvatura de la luz, que es mayor que la curvatura de la Tierra, y crea un horizonte aparentemente plano
Lo que en realidad ocurre cuando podemos ver más allá del horizonte: otro horizonte, más arriba. La Tierra es cóncava, bienvenidos a casa

7. LOS VUELOS DE LOS AVIONES

Los vuelos regulares de los aviones, que pueden ser reservados y se usan todos los días por cientos de personas, prueban de manera incontestable la imposibilidad de la Tierra plana: por ejemplo, un vuelo de Johannesburgo (Suráfrica) hasta Sidney (Australia) toma el mismo tiempo que un vuelo de misma distancia en el hemisferio Norte; sin embargo, considerando el modelo de Tierra plana, el vuelo através del hemisferio Sur debería prolongarse por mucho más tiempo, debido a la inexistencia de un polo o centro de rotación, que estaría desplegado en un anillo exterior de magnitudes desorbitantes.

Lo cierto y verdad es que un vuelo de un punto a otro del hemisferio Sur, toma el mismo tiempo que un vuelo através del hemisferio Norte. Ello, sin lugar a ningún género de dudas, invalida por completo cualquier posibilidad de una Tierra plana.

Según las coordinadas empleadas por empresas, cuya labor es calcular los trayectos más eficientes para las compañías aéreas, la Tierra presenta una curvatura cóncava
A mayor velocidad, a una mayor inclinación debe viajar el avión, hacia arriba con respecto a la superficie; otra evidencia más de que, en su enormidad, la Tierra es cóncava

8. CARTOGRAFÍA

Porque, incidiendo en el mismo argumento, las distancias físicas, reales, no cuadran con el estúpido modelo terraplanista: un viaje de Ciudad del Cabo a Puerto Elizabeth, en Suráfrica, dura exactamente el tiempo esperado según el modelo de tierra esférica, y sería del todo imposible en un modelo de Tierra plana, en el que Suráfrica tendría unas dimensiones colosales, y cualquier viaje se demoraría mucho más de lo esperable en un modelo de Tierra esférica. Sin embargo, este viaje del hemisferio Sur y el de Lisboa a Cartagena, por ejemplo, en el hemisferio Norte, son ambos de unos 1.000 km y se tarda aproximadamente lo mismo en completarlos.

Ello sucedería en todas las latitudes por debajo de la línea ecuatorial, ya que al no replegarse en un polo Sur, las dimensiones se verían extendidas como en una pizza, y cualquier viaje através del hemisferio Sur sería muchísimo más costoso, en tiempo y recursos, de lo que en realidad es, según vivimos todos los días y podemos comprobar millones de individuos. Por lo tanto las propias distancias físicas, visibles y experimentales, demuestran que el modelo de Tierra plana es absolutamente imposible e irreal.

El mapa o modelo de Tierra plana usado es el azimutal, que por cierto sí es muy interesante, ya que muestra toda la masa terrestre de una sola vez, y manteniendo la esfericidad en lo posible con la mínima distorsión. En este sentido el mapa azimutal es realmente provechoso e interesante, por ejemplo, en los cáculos horarios internacionales, ya que permite conocer de un vistazo la posición del Sol en la Tierra: por ello sirve como reloj de 24 horas. Pero de ahí a considerarlo real y concluir que, de hecho, vivimos sobre una masa de pizza con bordes estratosféricos…

Los relojes azimutales o de 24 horas son los verdaderos relojes, y deberían ser los de uso común además de servir para uso militar

De hecho, en los orígenes de la cartografía los mapas habitualmente mostraban una Tierra cóncava, y así era costumbre en Europa, China, Arabia, Japón, Rusia y en cualquier lugar en donde esta ciencia prosperaba. Igualmente el Universo, el Cielo, desde siempre se ha representado como una esfera, y así era llamado: ‘la Esfera Celeste’1, enrededor de la cual se deslizan los astros, por efecto de una gravitación magnética que los mantiene en movimiento perpetuo y majestuoso, tal vez despidiendo armonías cósmicas que llegan a la Tierra, igual que llega la presión que nos mantiene pegados al suelo.

El mapa azimutal de la tierra es una proyección de la tierra cóncava, como se puede comprobar en este simulador.

9. LA PERSPECTIVA Y DIMENSIONES CELESTES

Si vivieramos sobre una plataforma con forma de pizza, desde el hemisferio Sur, las órbitas celestes se verían elípticas, no circulares, pues aún suponiendo que el cielo fuera una cúpula o semicircunferencia, la Tierra sería un plano y provocaría evidentes distorsiones a grandes distancias, como la visión de la estrella Polaris desde cualquier punto del hemisferio Sur, lo cual en la realidad no sucede.

Y las distorsiones y aberraciones no sólo ocurrirían en cuanto a las órbitas celestes, sino también a las dimensiones de los astros, que serían menores al estar lejos de nuestra localización, y mayores al acercarse a nuestra posición; sin embargo, lo que sucede es que los astros se aprecian siempre de una dimensión muy similar, probando así que tanto el Cielo como la Tierra son de naturaleza esférica.

Lo que en realidad ocurre es que, al doblarse la luz por efecto de la presión y la refracción (en menisco negativo o divergente), vemos el cielo desplegado, no como realmente es. Debemos replegar el cielo para entender su verdadera naturaleza
El hecho de que la luz se propague mediante refracciones en menisco negativo (en rayos divergentes), demuestra por sí mismo la concavidad de la Tierra

10. LAS VELOCIDADES DE LOS ASTROS

En consecuencia, no sólo es que las órbitas celestes se verían elípticas, o los astros se verían de distinta magnitud (según estuvieran lejos o cerca de nuestra latitud), sino que además se moverían a distintas velocidades: a mayor velocidad cuanto más cerca de nuestra latitud, y a menor cuanto más lejos se hallara el astro de nuestra posición en la Tierra.

Sin embargo, ello no sucede en absoluto, dado que tanto el Cielo como la Tierra son esferas casi perfectas, y la velocidad de los astros se mantiene siempre constante en su rotación. Este curioso fenómeno invalida no sólo el modelo terraplanista, sino también el heliocentrismo, ya que, si concebimos como es debido el movimiento de traslación, el cual debe sumarse al movimiento de rotación de la Tierra, veremos como, en semejantes condiciones y bajo nuestra perspectiva, los astros y la propia Luna acelerarían y aminorarían su marcha, según estuvieran más o menos cerca de la Tierra, e incluso veríamos grupos de estrellas desplazarse unas hacia el Norte, otras hacia el Este, y los astros se desplazarían en todas direcciones.

Ello no sucede, sino que todos los grupos de estrellas están claveteados al cielo, y mantienen sus órbitas inmóviles durante el paso de los milenios: prueba de que el Cielo es una esfera rotante de menor tamaño de la Tierra que, quieta e inmóvil, la contiene y resguarda.

11. LA ESFERICIDAD DEL CIELO Y LOS ASTROS

Porque en la naturaleza todo tiende a tomar forma esférica… desde una célula hasta los astros que orbitan el Cielo. Lo vemos en las gotas de agua, cuya superficie toma la tensión más apropiada, la esférica, ya que “la figura esférica es la más apta para el movimiento” (DemAbd.fr.597), en las pompas de jabón, en los huevos, en los ojos y las cabezas de los seres vivos, los ovarios, las semillas, los frutos, el Sol, la Luna… sin embargo, por un extraño motivo la Tierra se formó caprichosamente, con la masa extendida hacia los bordes, como un plato no vaya a ser que se derrame el agua ahí suelta che.

Pensándolo mejor, lo más lógico y natural es que la explosión primordial generara una onda expansiva, liberando toda la materia primigenia de igual forma hacia todas direcciones. Esta liberación de energía se iría deteniendo, enfriando y solidificando a medida que se alejara del origen de la deflagración: este proceso de alejamiento y enfriamiento daría lugar a una Tierra esférica, inmóvil, sita en los bordes del cosmos, mientras que la materia cercana al origen de la ‘gran explosión’ inicial (Cielo), por efecto de su propia naturaleza permanecería rotando indefinidamente, o hasta el colapso o regresión al punto de origen.

La explosión original despidió toda la materia, recién creada, desde un átomo hacia afuera y en todas direcciones por igual, de manera que la materia más cercana a la explosión continuaría su movimiento, dando origen al Sol, la Luna, y la Esfera Celeste, mientras que la materia más alejada se iría enfriando, solidificando y cesando su movimiento circular, dando lugar a la esfera de la Tierra, que es el propio límite del cosmos

Así pues, una Tierra con forma plana representaría una anomalía de la naturaleza, algo bizarro que necesitaría de rocambolescas explicaciones para justificar su existencia; mientras que la esfera es la forma más común de la naturaleza, así en la Tierra como en el Cielo.

12. LAS FASES LUNARES

Como es obvio, diferentes fases lunares serían visibles desde distintos puntos de la Tierra, de manera que nunca habría una misma fase lunar visible para todo el mundo, como ocurre todos los días de nuestra vida. Entonces para obviar este fenómeno y aceptar el modelo de Tierra plana, me pregunto cuánto hay que girar la cara a la realidad, y sostenerla girada de una forma tan estremecedora…

Como es natural las fases lunares serían distintas según el lugar en donde nos encontrasemos, lo cual no sucede y siempre vemos una misma fase Lunar, no importa desde qué punto de la Tierra se observe

En el modelo de Tierra cóncava, el único sin imposibilidades, las fases lunares se explican perfectamente, siendo que la Luna recibe la luz del Sol una vez se curva tras polarizarse en la superficie terrestre; debido a la enormidad de la tierra, y del espacio y la resistencia que ejerce según aumenta la presión, la luz solar se curva hacia arriba, igual por todas direcciones, y se curva más que la gigantesca superficie cóncava de la Tierra; esto provoca diversos horizontes, aunque la visibilidad máxima está limitada por el haz de curvatura más abierta o exterior. Al replegarse la luz en el punto opuesto al Sol, de forma simétrica, creará grandes zonas de iluminación antisolar, de manera que la Luna se verá iluminada por ese manto de luz fría, tenue, polarizada, y se verá más iluminada en el punto antisolar (plenilunio) y menos en el punto solar (Luna Nueva), como es lógico y natural, por hallarse en tránsito cercano al Sol2.

De hecho, una cosa tenemos segura: la luz no sigue un trayecto perfectamente rectilíneo… durante su tránsito hacia la superficie terrestre, por el mismo efecto de la creciente presión atmosférica, añadido a las refracciones en menisco negativo (divergentes) sufridas al atravesar las esferas de vidrio celestes, produce una primera curvatura de la luz, que al impactar de soslayo contra la superficie terrestre se polariza, y se repliega hacia el punto antisolar, de forma simétrica, por efecto de la misma rotación del cielo y de las refracciones, esta vez ya de regreso hacia el centro del universo, con mucha menor potencia, y en menisco positivo (convergentes)

Por otro lado, debemos comprender qué supone la Luna mostrando siempre su misma cara, al tiempo que dicen mantiene un movimiento de rotación sobre su eje y de traslación respecto de la Tierra, y todo ello al compás de la propia rotación y traslación de la Tierra, sin que la cara de la Luna apenas se inmute durante su tránsito espacial, y sin variar la velocidad a pesar de los varios desplazamientos en acción… pueden imaginarlo?

Y no sólo eso, a toda esta maraña de movimientos sincronizados por un milagroso azar debemos añadir la minúscula probabilidad de que el Sol, estando a una distancia astronómica, y la Luna, situada cerca de la Tierra, mantengan casi la misma dimensión aparente vistos desde la superficie terrestre, y compartan el mismo plano eclíptico, la misma dirección y una trayectoria semejante (coincidente además varias veces al año con los eclipses). Milagro sobre milagro sobre milagro. Seamos claros: los heliocentristas piden un acto de fe exorbitado, y como les sucede a los terraplanistas, necesitan acudir a todo tipo de excepciones, casualidades y fingimientos para hacer casar, a la fuerza, los fenómenos naturales con su errado modelo teórico.

13. LOS ECLIPSES LUNARES

Y es que los eclipses lunares no son explicados satisfactoriamente, ni por el modelo terraplanista ni por el modelo heliocéntrico… En el modelo terraplanista necesitan aludir a hologramas, proyecciones extradimensionales, reflejos anómalos, etc… sin presentar ninguna explicación que respete naturaleza o lógica alguna. Los eclipses lunares destruyen el modelo terraplanista, que es incapaz de resolver ni los eclipses lunares parciales, ni los totales o ‘Lunas de Sangre’.

Según el modelo heliocéntrico, los eclipses lunares suceden debido al paso de la Luna por detrás de la Tierra, que proyecta su sombra sobre la Luna con un tono rojizo, quedando la Luna por tanto eclipsada durante un breve tiempo, visible por millones de habitantes en ciertas latitudes, según sea el momento del eclipse. Pues bien, es sabido por las leyes de la naturaleza que la luz roja es el espectro de luz que menos se curva de todos, de manera que, en el modelo heliocéntrico, la luz que incidiría en la superficie lunar sería la que más se curva, y en ningún caso la que menos, de manera que jamás produciría este efecto rojizo en los días de eclipse total de Luna3, sino que el tinte de la Luna sería más bien violeta o azul.

Tal y como muestra el diagrama, el espectro de luz que incidiría sobre la luna sería el de mayor refracción; sin embargo el espectro de luz ‘roja’ es el de menor refracción, siendo que el tinte rojizo sería visible durante la ‘penumbra’ y el violáceo durante la ‘umbra’. Ésta es una de las múltiples incongruencias que invalidan también el modelo heliocéntrico

Sólo el modelo de Tierra cóncava da una explicación lógica y natural a este tinte rojizo de la Luna: al pasar justo por el punto antisolar, la Luna queda eclipsada (ἐκλεῖψις), es decir, sobresale (ἐκ-λείπω) el haz de luz quedando oculta de sus rayos, menos del espectro de luz roja, que se curva menos, y tinta de rojo la faz de la Luna durante su breve tránsito por el punto antisolar. De los tres modelos a considerar, el modelo de Tierra cóncava es el único que ofrece una respuesta congruente a los eclipses de Luna.

14. EL FENÓMENO SIDERAL ‘GEGENSCHEIN’

El extraño fenómeno llamado ‘Gegenschein‘ tampoco tiene una explicación satisfactoria, ni el modelo de Tierra plana ni el heliocentrismo pueden dar explicación del mismo… Según éstos últimos sería una conjunción ‘fortuita’ de polvo estelar, y no le dan mayor importancia; sin embargo, este punto de luz es la clave de bóveda para destruir el modelo de Tierra plana y el heliocentrismo a la vez.

El único modelo que explica con lógica y según naturaleza este increíble fenómeno es, de nuevo, el de Tierra cóncava, según el cual la luz solar se curva tras impactar la superficie terrestre, repleglándose hacia el punto antisolar4. Pues bien, el punto antisolar, donde convergen los haces de luz, es el llamado ‘Gegenschein’, que coincide siempre con el punto del cielo nocturno opuesto al Sol.

CONCLUSIÓN

En definitiva, hay demasiadas imposibilidades, desde un punto de vista natural y lógico, que nos hacen desestimar por completo la posibilidad de una Tierra plana. En cambio, en donde sí aciertan los terraplanistas es en la crítica al modelo heliocéntrico, el cual también alberga varias imposibilidades que, tras un minucioso estudio, hacen desestimar esta teoría cosmológica.

Y es que el único modelo sin imposibilidades, cuyas explicaciones siguen la naturaleza y la lógica, sin alterar ningún fenómeno visible y experimentable, es el modelo de Tierra cóncava, que brilla inmaculado cuando es contrastado con los otros 2 modelos imperfectos. Así pues debemos concluir que la Tierra es cóncava: bienvenido a casa.

Parte 1:
https://creatumejortu.com/la-tierra-es-concava-el-rectilineador

Parte 2:
https://creatumejortu.com/la-tierra-es-concava-ii-las-plomadas-de-las-minas-tamarack

Parte 3:
https://creatumejortu.com/la-tierra-es-concava-iii-la-tierra-no-se-mueve

Parte 4:
https://creatumejortu.com/airys-failure-el-fallo-de-airy

Parte 5:
https://creatumejortu.com/tierra-concava-v-la-luz-se-curva

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https://creatumejortu.com/memepedia-astronomia

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  1. Aún hoy se considera la mejor manera de representar el Universo; por ejemplo, en el programa Stellarium la visión del cielo como una esfera se considera la ‘proyección ortográfica’, que es como decir la ‘visión correcta’.
  2. En efecto, es el propio manto de luz que elide u oculta a la Luna, que en ese tránsito es visible sólo durante los eclipses de Sol, totales o parciales
  3. El espectro de luz roja sólo podría incidir en las zonas de penumbra, justo al contrario de cómo vemos sucede.
  4. La única explicación en el modelo heliocentrico, radicaría en aludir al ‘punto de Arago’ o ‘punto de Poisson‘, sin embargo en ese supuesto, el punto debería mostrarse bien redondo y definido, en cambio, el fenómeno Gegenshein parece la confluencia de dos haces de luz, que resulta en una especie de antiSol o punto antisolar, y, además, el punto de Arago sólo aparece cuando el foco de luz es monocromático, es decir de un solo color.